elpinguinorecepcionista
Blog de Ricardo Pérez Roda.
jueves, 1 de julio de 2021
Futbol moderno
En lo que va de Eurocopa, se ha podido confirmar con certeza indudable, que el futbol ha cambiado, ya no se juega como antes. Las estrategias de los equipos y la de los entrenadores obligados por las circunstancias del juego, son distintas. Ya no se juega como antiguamente con defensas libres, laterales izquierdos o derechos, extremos, centrocampistas ofensivos o defensivos. Hoy se juega a lo que podríamos denominar un partido de futbol, de bloque contra bloque. Uno de los equipos es un bloque, que juega contra otro equipo, que juega de la misma forma como otro bloque. Uno de ellos elige tener y controlar el balón, el otro elige no tener el balón y permitir que el contrario la juegue, para defenderse mejor y lanzar el contraataque de forma rápida y fulminante. El equipo que elige tener la pelota, escoge esta fórmula, porque piensa que tiene jugadores de calidad, que le permiten poder resolver el partido de forma satisfactoria. Pero esta estrategia tiene un punto débil, el contrario acumula muchos jugadores en su área defensiva. Esto provoca una acumulación de jugadores en un espacio reducido, con lo que conlleva que no se creen excesivas oportunidades de gol. Restando al espectáculo calidad, vistosidad y encanto.
Otra circunstancia negativa en torno al futbol moderno, se encuentra a mi modo de ver, en el fuera de juego. El fuera de juego es una penalización excesiva, en el futbol moderno, que solo favorece a los equipos grandes y al estamento arbitral, porque a este último le permite reafirmar su poder. No es posible que se pueda pitar un fuera de juego, por tener media pie más adelantado que el ultimo defensa del equipo contrario. Lo entendería si estuviera medio metro adelantado, que me parece una penalización excesiva también, pero medio pie, me parece del todo inaceptable.
Otro gran problema, es la cuestión de las faltas. Aquí las circunstancias se amplifican. Incluso se agravan, porque se puede pitar una falta, pero lo que no se puede hacer es condicionar todo un partido por las faltas. Hay partidos de futbol moderno totalmente condicionados por las faltas. El poder de los árbitros se refuerza de forma considerable, en los partidos. El juego se ve paralizado de forma constante. Pero no solo se benefician los árbitros con este problema al adquirir excesivo protagonismo, mas del que fuera deseable. También se benefician los entrenadores sobre todo los de los equipos grandes, a los que esta estrategia de pitar absolutamente todas las faltas les beneficia sobremanera. En España tenemos equipos grandes, sobre todo uno al que entreno, el que se ha insinuado, que es el mejor entrenador de futbol de todos los tiempos. Que cuando el equipo juega un partido de futbol, es una sinfonía de faltas a su favor, tanto en su campo, como en el del equipo contrario. Esto desvirtúa el futbol, una falta se debe pitar, cuando sea real, tenga consistencia en sí misma. Por una entrada excesiva, agresiva o que desequilibre al contrario de forma manifiesta y real. No por apreciación personal del árbitro, que es lo que ocurre en una gran mayoría de las faltas que se pitan. Un jugador ve que no va llegar en condiciones óptimas a disputar el balón y si pertenece a un equipo de los grandes, como el del entrenador antes citado, solo con tirarse al suelo, resuelve la jugada a su favor. El encuentro se convierte en una sinfonía de faltas sin cuento, que normalmente siempre favorece a un equipo, que suele ser el llamado de los grandes. El futbol anterior a este moderno juego de futbol al que ya llevamos asistiendo una serie de años muy considerable, era más bonito, más vistoso y más elegante. Incluso estratégicamente era muy superior al actual. El futbol moderno lo han convertido en espectáculo, muy previsible, en el que te cansas de ver siempre la misma estrategia. Es decir la estrategia de los bloques, con no muchas alternativas. Un futbol que podrá entusiasmar a los aficionados modernos, pero que en el fondo carece da alma.
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