elpinguinorecepcionista

Blog de Ricardo Pérez Roda.

lunes, 28 de marzo de 2016

Quiero rendirle mi más sincero homenaje a una de las grandes figuras del futbol mundial. Un hombre que cuando era muy joven, me hizo vibrar con su futbol, me hizo sentir los colores de un equipo, ser feliz con el futbol. Sentirte dichoso de ser seguidor de un equipo de futbol, emocionándote con sus figuras, con el equipo, con sus títulos. Aquel equipo no era otro, más que el FC. Barcelona y su jugador más admirado la figura por la que sentías auténtica devoción era Johan Cruyff. En mi opinión el mejor jugador europeo de todos los tiempos a la altura de estar entre los tres primeras figuras de mejor jugador de futbol del mundo en toda la historia. Recuerdo con verdadero cariño casi fervor, la gran alegría que tuve cuando el Barcelona consiguió su primera Copa de Europa. Disfrute casi como un niño, no me lo podía creer, que el equipo con el que tanto habíamos sufrido, ganara la anhelada Copa de Europa, que tanto se nos resistía. Por supuesto no pudo ser otra persona la que lo consiguiera, más que mi admirado Johan Cruyff como entrenador del equipo. Porque no podemos olvidar, que a su grandísima faceta de jugador, hay que añadirle la de entrenador. Que día más bonito fue aquel cuanta alegría nos dio, casi no te lo podías creer, de tanta alegría que suscito el triunfo. Johan Cruyff, fue único como jugador, disfrutabas viéndole jugar, era un jugador muy elegante con el balón y sin el balón. Su futbol era muy estético, su figura estilizada y ese toque que tenia del balón rápido pero técnico a la vez, te causaban siempre admiración. Nunca llegabas a comprender como se podían aunar ambos conceptos, rápido y técnico. Johan Cruyff lo consiguió. Le debemos de estar por siempre agradecidos. Añoro mucho los tiempos de aquel Barcelona en verdad me conmovieron, fui feliz. Porque esto es entre otras cosas el futbol ser capaz de sentir los colores de tu equipo celebrando sus triunfos. Entre las muchas jugadas de Johan Cruyff me quedo con el gol que le metió al At. Madrid, un gol imposible que solo un jugador de la talla del que estamos hablando, podía intuir como llegar al balón, para meterlo en la red. Entre las anécdotas existen muchas pero me quedo con sus gabardinas al principio de ser entrenador y la anécdota que ha contado Hristo Stoichkov en un medio de comunicación el ABC concretamente que muestro aquí:” Siempre apostábamos. Una vez en Tenerife, me gano cien mil pesetas. Me dijo que si yo marcaba, me las pagaba él. Y si no, se las pagaba yo. Íbamos 2-0 goles de Laudrup y Goico, ¡y me quito al descanso!. Se las gano. Fue mi padre deportivo. El hombre que cambio mis conceptos de juego para triunfar”. Genio y figura. Estas palabras quieren ser un sincero homenaje a un hombre al que he admirado toda mi vida. Eterno Johan Cruyff.

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