Sin destino de Imre Kertész , es un libro que no deja indiferente. Se lee con gran interés, pero no con el interés de una trama bien argumentada. Lo más notable del libro, es que nunca pasa nada. Se diría que carece de trama argumental propiamente dicha. A medida que lo vas leyendo se produce en tu interior una especie de catarsis psicológica, que te hace sentir un especial cariño por el personaje principal del libro.
En el mismo hay escenas muy vividas, como cuando la despedida del padre, al incierto lugar de destino. Pues entonces se intuía, pero a ciencia cierta no se sabía, el destino que les deparaba a los judíos en la Gran Guerra. La despedida entre los familiares y amigos, el ambiente desolado y triste por lo incierto de la situación. Porque el libro de lo que trata es del destino que les esperaba a los judíos en los campos de concentración. Una de las cosas que más asombra del libro es la sencillez con la que cuenta, el infierno y el calvario sufrido por los judíos en los campos de exterminio. Como se vivía el día a día. Lo importante para los internos, era el sobrevivir al día siguiente, sin más horizonte vital que ver el amanecer de un nuevo día. Como la lucha por la supervivencia y por la comida, era el motivo principal de su luchar diaria. Una comida escasa y restringida al máximo, insuficiente, que producía una sensación indefinida de hambre total a la que era muy difícil acostumbrarse.
Todo esto el autor lo cuenta con una naturalidad que te sorprende. Ve normal que el horizonte vital de una persona sea el poder sobrevivir como sea e intentar no caer en el abismo de los condenados a la muerte en las cámaras de gas, por decisiones arbitrarias de los encargados de la vigilancia del campo de concentración.
Te encuentras que todo es una especie de absurdo incomprensible, desde como ocurre su deportación a un campo de concentración a su peripecia vital en el mismo. Ves como intenta con todas sus fuerzas intentar sobrevivir, pero las fuerzas y el cuerpo no le responden en absoluto. Como va perdiendo vitalidad por la falta de higiene y de alimentación. Es sobrecogedor lo que relata sobre la falta de higiene, un verdadero infierno en vida.
Una de las cosas que más me han llamado la atención es que en el relato, el autor, no llega a sentir odio por sus verdugos, en cierta manera los comprende, es muy indulgente para con ellos, a pesar de que es consciente de todas las atrocidades que cometen. Los ve como un engranaje de una cadena, de la que ellos los verdugos no son del todo responsables. La falta de odio y la indulgencia para con los verdugos, es una de las grandes paradojas de este libro. Un gran libro para leer y reflexionar.
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