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Blog de Ricardo Pérez Roda.

sábado, 15 de octubre de 2016

Acoso Psicológico: Vivimos tiempos muy turbulentos, tanto en los social, en lo económico, ideológico o en el pensamiento. Todo parece muy confuso, los ciudadanos no acabamos de encontrar nuestro sitio en una sociedad difuminada en una realidad desdibujada. Para quienes sufrimos el Acoso Psicológico esta realidad es mucho más presente. El que sufre Acoso Psicológico sabe que esta realidad está presente en su vida. La conoce, la vive, pero no sabe cómo contarla, esa es su tragedia. El agresor, es sabedor de esta circunstancia, por eso se esconde, se diluye en su propia fechoría. Sabe que nadie va a creer a la víctima, por eso no duda, en infligir a su víctima el mayor daño psicológico posible. La indefensión de su víctima es tan real, es tan cruel e inhumana, que incluso se siente justificado en su agresión. La victima del Acoso Psicológico, sabe a ciencia cierta que es una víctima, lo sabe porque lo vive, porque lo sufre, porque lo padece. Pero no puede contarlo, que ya es una desdicha en sí misma. Ser desdichado y no poder demostrarlo, es un dolor muy grande, que siempre llevas dentro. Como poder contar, como poder decir tu verdad sin ser tratado, de tarado, paranoico o esquizofrénico. Siempre he pensado que el tiempo tiene su tempo. Los pensamientos hay que contarlos en su preciso momento dicen algunos pensadores. Creo que tienen toda la razón. Por mi parte he tardado mucho tiempo, en presentar un escrito, sobre el tema del Acoso Psicológico. Pero creo que ha llegado el momento, en reconocer que está presente en mi vida. El cómo no lo puedo demostrar, solo puedo argumentar que lo sufro, que ya es mucho. El contar de la forma en que lo sufro es un dilema en sí mismo, nadie me va a creer. Nadie me creería, solo el acosador, que es un psicópata truculento, sabe que existe el acoso. Tiene la secreta aspiración de infligir el mayor mal posible a su víctima. Total su impunidad es manifiesta, su comodidad extraordinaria, su inhumanidad vomitiva. Siempre tiene alguna excusa a su alcance, para justificar su agresión, para justificar su forma de actuar. Se justifica a si mismo desde la distancia, desde la invisibilidad. Porque esta es otra faceta del Acoso Psicológico, se puede infligir mucho mal a una persona desde la invisibilidad más absoluta. Es uno de los privilegios que ostentan los Acosadores Psicológicos. Vomitivo, no, lo siguiente ABYECTO con mayúsculas. Decía Primo Levi “Es el deber de los hombres justos hacer la guerra a todos los privilegios inmerecidos”. La invisibilidad del Acoso Psicológico es un privilegio inmerecido, que hay que denunciar con firmeza. Decía el gran Alonso Quijano, Don Quijote, “Amigo Sancho con la Iglesia hemos topado” en mi opinión tenía razón, Don Quijote, pero con el devenir de los tiempos se han ido agregando algunos más. Hoy podríamos decir “Con el Acoso Psicológico hemos topado” sin negar la realidad.

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