elpinguinorecepcionista

Blog de Ricardo Pérez Roda.

lunes, 4 de mayo de 2015



“Esta religión, desgraciadamente, ceso hace mucho tiempo de ser sabiduría expresada en fantasía, para convertirse en superstición recargada de razonamiento” Santallana.
La decadencia de la religión se debe al espíritu pedante, en la invención de credos, formulas, artículos de fe,  doctrinas y apologías. Nos hacemos cada vez menos píos a medida que justificamos más, y racionalizamos nuestras creencias, y nos encontramos tan seguros de estar en lo cierto.  Por eso es que toda religión se convierte en una estrecha secta, que cree haber descubierto la única verdad. La consecuencia es que cuanto más justificamos nuestras creencias, tanto más estrechos de criterio nos hacemos, como es evidente en todas las sectas religiosas. Esto ha hecho posible que la religión se asocie con las peores formas de intolerancia, estrechez de criterio y hasta egoísmo en la vida personal. Tales religiones alimentan el egoísmo del hombre, no solo porque le imposibilitan para ser ecuánime con otras sectas, sino también porque convierten la práctica de la religión en un negocio privado entre Dios y él, por el cual la primera de las partes es glorificada por ala seguenda, que canta himnos e invoca su nombre en todas las ocasiones posibles, y  a cambio de ella la primera de las partes bendice a la segunda, la bendice particularmente, más que a cualquier otra persona, y a su familia más que a cualquier otra familia. Por esa razón vemos que el egoísmo natural se lleva tan bien algunas de estas ancianas tan religiosas y tan frecuentadoras de iglesias. Al fin, el sentido de la autojustificacion de haber descubierto la única verdad, desplaza a todas las bellas emociones que dieron origen a la religión. Del libro “La importancia de vivir” de Lin Yutang.

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